En la actualidad, la colaboración entre universidades y organizaciones sociales se ha convertido en un pilar fundamental para abordar los desafíos más apremiantes de nuestra sociedad. Esta alianza estratégica no solo beneficia a ambas partes involucradas, sino que también tiene un impacto significativo en el desarrollo comunitario y la creación de soluciones de innovación social.
Por esta razón, en el 2023, Fundación Ganbaru y Universidad Andrés Bello (UNAB) establecieron una alianza deportiva que tiene por objetivo enriquecer la formación docente de alumnos de primer año de Educación Física (EFI), promoviendo un enfoque integral y colaborativo. Se invita a estudiantes a desarrollar aspectos técnicos, profesionales y valóricos al trabajar con personas pertenecientes a comunas con núcleos de altos índices de vulnerabilidad social. Lissette Cerda Miranda, Profesora de EFI y cogestora, señala que es importante “ponerlos en contacto con lo que será su quehacer profesional como profesores”.
Además, ambas organizaciones se benefician de este acuerdo. Por un lado, las universidades son centros de conocimiento y excelencia académica que poseen recursos intelectuales y técnicos. A través de la investigación interdisciplinaria y la experiencia de sus docentes y estudiantes, estas instituciones pueden ofrecer un profundo análisis de los problemas sociales. En este sentido, la docente explica que “el impacto externo para nosotros es relevante, y medirlo también. Generar informes o mecanismos formales de entrega de información de estos impactos a la fundación, gestores y por supuesto a la familia y a los niños que son parte de este proyecto”.
Por otro el otro, las organizaciones sociales están arraigadas en las comunidades locales y tienen un conocimiento práctico y una comprensión profunda de las necesidades y desafíos específicos que enfrentan. Su experiencia en el terreno les brinda una perspectiva única que complementa el enfoque académico de las universidades.
“Nosotros necesitamos saber cuáles son las necesidades del medio para proyectar la formación inicial docente. Saber qué ocurre alrededor nuestro, qué necesita y requiere la sociedad en Chile. Estas fundaciones están vinculadas con la realidad sociocultural del país. Por lo tanto, este vínculo enriquece ese proceso”, señala Lissette.
Esperamos que esta colaboración sea exitosa, logrando plantear nuevos desafíos para el futuro que beneficien a la academia y a las comunidades. Agracemos a UNAB, a sus docentes y alumnos por apoyar nuestros proyectos y compartir la visión de que a través del deporte se generan oportunidades.
Juntos, somos Ganbaru.
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